¿El calor o los cambios de temperatura afectan al dolor?
La respuesta corta es: sí, el calor y los cambios de temperatura pueden influir en el dolor.
Nuestro cuerpo cuenta con un sistema nervioso sumamente sofisticado, una red de aproximadamente 70 kilómetros de «cablecitos» o nervios que recorren todo el organismo. Este sistema actúa como una alarma que responde a diversos estímulos, y uno de ellos es el dolor. Dentro de esta red hay sensores encargados de detectar cambios como la presión de la ropa, la sed y, por supuesto, las variaciones de temperatura.
Cuando la temperatura cambia bruscamente o aumenta, estos sensores pueden sensibilizarse, haciendo que el «sistema de alarma» sea más reactivo. Esto se traduce en un incremento en la intensidad o frecuencia del dolor. Además, factores externos, como el estrés asociado a noticias sobre olas de calor, pueden agravar este efecto. El contexto emocional influye directamente en cómo responde nuestro sistema nervioso.
Otro factor crucial es la calidad del sueño. Las altas temperaturas pueden dificultar la regulación de la temperatura corporal durante la noche, lo que interfiere con la producción de melatonina y afecta la conciliación del sueño. Un sueño interrumpido o de baja calidad puede aumentar la sensibilidad al dolor.
En resumen, el calor y los cambios de temperatura afectan al dolor a través de mecanismos físicos y emocionales. Si este tema te resultó interesante, compártelo. Y si experimentas dolor, no dudes en visitarnos en la Clínica Raquis. ¡Te esperamos!
Clínica Raquis
