La hipertensión, también conocida como presión arterial alta, es una condición médica grave que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por una presión arterial persistentemente alta en las arterias, lo que puede dañar el corazón, el cerebro, los riñones y otros órganos.
La hipertensión suele ser causada por una combinación de factores, como la genética, el estilo de vida y las condiciones médicas subyacentes. Los factores de riesgo modificables incluyen el sobrepeso, la obesidad, la falta de actividad física, el consumo de tabaco y el consumo excesivo de alcohol.
El tratamiento de la hipertensión suele consistir en cambios en el estilo de vida y medicamentos. Los cambios en el estilo de vida incluyen perder peso, hacer ejercicio regularmente, seguir una dieta saludable y dejar de fumar. Los medicamentos pueden ayudar a controlar la presión arterial cuando los cambios en el estilo de vida no son suficientes.
La quiropráctica es una profesión de atención médica que se centra en el cuidado de la columna vertebral y el sistema nervioso. Los quiroprácticos utilizan una variedad de técnicas para ayudar a los pacientes a mejorar su salud y bienestar, incluyendo ajustes quiroprácticos, ejercicios y educación sobre el estilo de vida.
Algunas investigaciones sugieren que la quiropráctica puede ayudar a controlar la hipertensión. Un estudio publicado en el «Journal of Human Hypertension» en 2007 encontró que los pacientes con hipertensión que recibieron ajustes quiroprácticos experimentaron una reducción significativa en su presión arterial.
Otro estudio, publicado en el «Journal of Manipulative and Physiological Therapeutics» en 2013, encontró que la manipulación quiropráctica puede influir en la actividad del nervio vago, que juega un papel en la regulación de la presión arterial.
Hay varias maneras en que la quiropráctica puede ayudar a controlar la hipertensión. Una posibilidad es que los ajustes quiroprácticos puedan ayudar a mejorar la alineación de la columna vertebral, lo que puede reducir la presión sobre los nervios que controlan la presión arterial.
Otra posibilidad es que la quiropráctica pueda ayudar a reducir el estrés, que es un factor de riesgo conocido para la hipertensión. El estrés puede desencadenar la liberación de hormonas que pueden estrechar los vasos sanguíneos y aumentar la presión arterial.
En general, la quiropráctica es una opción segura para las personas con hipertensión. Sin embargo, es importante consultar con un médico antes de comenzar cualquier tratamiento quiropráctico, especialmente si tiene alguna condición médica subyacente.
La quiropráctica no debe reemplazar los medicamentos para la hipertensión. Sin embargo, puede ser una opción complementaria que puede ayudar a reducir la necesidad de medicamentos o a aumentar la eficacia de los medicamentos.
Hipertensión según Clínica Mayo.
¿Qué hacemos en la primera sesión de quiropráctica?
Clínica Raquis