Vivimos en tiempos extraños. Jamás habríamos imaginado pasar tanto tiempo en casa, ni menos aún, imaginar que el trabajo se trasladaría desde la oficina hacia a nuestro propio hogar. Sin duda, este nuevo periodo por el cual atravesamos no ha sido fácil. Juntamente con ello, el tiempo que otorgamos a nuestras actividades laborales y al pasar tiempo frente a una pantalla en posturas prolongadas se ha intensificado. El estilo de vida sedentario se ha vuelto constante. Algunas encuestas indican que el 54% de los trabajadores se encuentran trabajando desde sus hogares, donde un 79% reconoce un aumento en el tiempo dedicado al trabajo y un 70% declara sentir estrés.
Los desórdenes musculares son considerados uno de los mayores problemas de salud relacionados a actividades laborales y posturas mantenidas durante un largo periodo de tiempo. Las actividades demandantes de posturas mantenidas como el trabajo en oficina o el pasar tiempo frente a un computador están asociados a la aparición de trastornos musculares que ocurren especialmente en el cuello, hombros, codo, muñeca y espalda.
Se han realizado varias investigaciones con la finalidad de encontrar una postura correcta para realizar trabajos tras un escritorio, pero no se ha logrado encontrar la óptima, esto sugiere que la posición correcta es específica para cada persona [1]. Tal es así que ha propuesto que cualquier postura sentada sostenida podría provocar fatiga, malestar y dolor, lo que sugiere que una «buena» postura aún podría ser perjudicial si persiste ininterrumpidamente durante períodos prolongados [2].
Sin embargo, se ha demostrado que realizar pausas para la práctica de ejercicios y cambios en la postura presentan efectos positivos, sobre el dolor de espalda en actividades que requieran posturas prolongadas en una posición sedente [3]. Un comportamiento sedentario está vinculado al deterioro de la fuerza muscular y el control postural y, por lo tanto, afectan el rendimiento en personas con dolor de espalda crónico no específico [4]. Es más, se sugiere la combinación de ejercicios de fortalecimiento, estiramiento y ejercicios aeróbicos, realizados 2-3 veces por semana, para la prevención de dolor de espalda [5]. La practica de ejercicios puede aliviar dolor de origen postural en la espalda tanto en la zona, del cuello, zona torácica y lumbar [6, 7].
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