El lumbago hace referencia a la sensación dolorosa ubicada en la zona posterior del cuerpo, bajo las costillas y sobre las caderas. Algunas veces este dolor puede extenderse hacia una o ambas piernas, dependiendo de la estructura que causa el dolor. Se percibe como un pinchazo en la zona descrita, como tensión o incluso sensaciones eléctricas u hormigueos en las extremidades inferiores. La presentación del dolor variará según la causa que genere el lumbago, ya que es un problema que tiene más de un origen posible y que va desde algo simple como una contractura muscular a un problema más serio como cálculos renales o hernias discales a nivel lumbar. Por esto es muy importante hacer un buen diagnóstico del lumbago para poder realizar un tratamiento efectivo.
Nicolas Cases, Quiropráctico en Raquis nos explica que “la lumbalgia puede presentarse a largo de todo el proceso del embarazo, pero es más común que se dé en el tercer trimestre por el gran crecimiento del feto en el vientre de la madre. El diagnóstico se puede realizar desde el primer día en que se instala el dolor, ya que la evaluación que realiza un quiropráctico se centra en la función y no en los cambios estructurales o cantidad de dolor presente. Es importante no dejar pasar más de 5 días con dolor o molestias antes de consultar a un especialista en el tema”.
A menudo se podría pensar que las mujeres embarazadas podrían experimentar dolores asociados al cambio físico que viven durante el embarazo, el aumento de peso, etc. Pero esto no es así. Nicolás asegura que “en algunos períodos del embarazo, si se pueden presentar algunos malestares menores por períodos cortos de tiempo. El cuerpo debe tener la capacidad de poder ir adaptándose a estos constantes cambios. No obstante, si hay molestias que persisten por más de 5 días, siempre será recomendable visitar a un profesional capacitado. Un quiropráctico puede ayudar al cuerpo de la futura madre a adaptarse de manera más rápida, eliminando el dolor que no sólo afecta a la madre, sino que también estresa al feto al interior del útero”.
El lumbago, al ser una patología multifactorial, puede confundirse con otras patologías. En este sentido, Nicolás Cases señala, “la gran mayoría de las lumbalgias encuentran su origen en problemas del aparato locomotor, pero también problemas genitourinarios tales como infecciones del tracto urinario o renales o cálculos renales que pueden referir dolor hacia la zona lumbar. En esto radica la importancia de poder realizar un diagnóstico eficiente para tratar la real causa y tener resultados a corto plazo”.
Para prevenir esta patología, es importante evaluar el estilo de vida de la futura madre. Es esencial que las mujeres puedan tener un estilo de vida saludable, el cual incluya ejercicios que fortalezcan la zona abdominal, piso pélvico y cadera, que son excelentes para prevenir y tratar el lumbago. El Quiropráctico Nicolás nos enfatiza la idea de que “los ejercicios deben ser enseñados y supervisados por kinesiólogos especializados, para evitar una mala realización o generar algún daño a la guagua”.
Respecto al tratamiento en las mujeres embarazadas, los fármacos y la fisioterapia kinésica están restringidos en gran medida. Sin embargo, la Quiropráctica aparece como una alternativa segura y eficaz. El modelo de trabajo es ideal para enfrentar la lumbalgia en este periodo. La combinación de quiropráctica y terapia kinésica (ejercicio terapéutico) es totalmente segura para la madre y el feto en desarrollo. «Es necesario no dejar progresar este dolor, ya que muchos casos puede generar gran invalidez al no permitir a la madre dormir bien, mantener posturas básicas al acostarse o sentarse, y generar gran dolor al tener que realizar desplazamientos cortos. Todo este proceso de dolor genera cambios en la madre y se liberan hormonas al torrente sanguíneo que también percibe la guagua y le genera estrés. Tanto madre como el bebé están afectados por los cuadros de dolor lumbar agudo”, dice Nicolás Cases.
Si la lumbalgia en el embarazo no se trata debidamente, podría traer consecuencias negativas, ya que el dolor generará menor actividad en la madre y con ello un desacondicionamiento físico, lo que provocará una labor de parto más difícil, pudiendo incluso tener que asistir con fórceps o incluso cesárea. El especialista de Raquis aclara: “en términos de desarrollo fetal no hay evidencia de que un lumbago agudo pueda generar cambios en el proceso de gestación. No obstante, sí se reconoce que hay cambios en la frecuencia cardiaca del feto, lo que deja en evidencia que la situación de dolor de la madre no es ajena al feto dentro del vientre materno; ya sea por estrés (dolor) físico o emocional. Los cambios hormonales que éstos producen en el embarazo pueden alterar el proceso de embarazo, el cual debería ser lo más saludablemente posible, sin estímulos nocivos”, concluye.
Carlos Bustos U.